Cuando
iniciamos en la escuela el trabajo colaborativo tenemos en mente, las
ayudas, la solidaridad, realizar tareas creativas entre todos, en
donde todos participan y en donde todos sacan conclusiones. Pero, nos
preguntamos, ¿si trabajan en equipo dejamos de lado el aspecto
individual del alumno?
Trabajar,
formar grupos en el aula, requiere el conocimiento por parte del
maestro de todas aquellas características que forman al individuo. Y
una vez conocidas todas ellas de cada uno de nuestros alumnos
estaremos capacitados, nos sentiremos seguros, y confiados de que el
trabajo individual incidirá en el de grupo, y podremos sacar el
mayor potencial de cada niño/a. No sólo nosotros conoceremos lo que
ellos son, sino que en ese periodo seremos un espejo para que ellos
puedan "conocerse" y que exploten todas sus cualidades y
aptitudes.
Este
anterior espacio de tiempo, incidirá de forma positiva en el trabajo
de grupo. Una de las principales funciones del trabajo en grupo, no
sólo son consecuencias de respeto, ayudas, empatía, sentimiento de
pertenencia, sino el trabajo de los dos hemisferios cerebrales,
dejando a un lado esa educación tradicional que daba relativa
importancia a lo memorístico y dejaba de lado aspectos tan
importantes como la originalidad, creatividad, y éstas inciden
directamente en la capacidad posterior de los alumnos para la
resolución de todos aquellos problemas que le surjan, no solamente
en la escuela, sino fuera de ella, y de esta forma damos realmente
sentido y significado a su pertenencia a una escuela que no está
separada de la sociedad. Por tanto, trabajaremos tanto el hemisferio
cerebral derecho como el hemisferio cerebral izquierdo. Es
importante, a mi parecer, que en el primer trimestre de trabajo, no
sólo evaluemos a los alumnos, sino que considero más importante la
autoevaluación del maestro, teniendo en cuenta aspectos de cohesión
de grupo, curiosidad del alumno, relación en el aula y si todos
estos aspectos están asentados.
Nuestra
misión como maestros es en definitiva cultivar y amplificar los
sentidos de nuestros alumnos con todo tipo de actividades, ya que si
están en sintonía o en relación con sus sentidos el aprendizaje
tendrá significado.
Para
reconocer ambas funciones, la individual y la de grupo, deben
complementarse mutuamente, como dos procesos polares en las que el
maestro debe realizar un análisis propio, coger perspectiva y
seguramente tener otra "mirada" dentro del aula.
El
aula es un espacio de relación, un espacio activo, un lugar para
compartir información, ya que compartir información es aprender.
Javier Mera Suárez
Maestro CEIP Ciudad del Mar, Torrevieja, Alicante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario